La capital hispalense, una de las urbes más bikefriendly del país.
Sevilla es un buen ejemplo de cómo con políticas sostenibles de movilidad urbana se puede lograr una ciudad más habitable, a escala humana. Y la implantación progresiva de la bicicleta, tanto pública como privada, como medio de transporte habitual para moverse por sus calles, ha tenido mucho que ver. Vamos a analizar los motivos del éxito.
Las bicicletas son una tendencia al alza en las grandes ciudades de nuestro país. Ya sea por simple moda, por imitación de lo que ha sucedido en el resto de Europa a lo largo de los últimos años, o como solución eficiente a los problemas de movilidad en la urbe, el ciclismo urbano es una realidad palpable. Y las administraciones públicas, es decir, los ayuntamientos de las principales ciudades españolas no han tenido más remedio que tomar cartas en el asunto, con mayor o menor éxito, instaurando diferentes medidas de promoción de la bicicleta como transporte urbano, con mayor o menor acierto según el caso.Hace algunos meses ya analizamos en este mismo blog los diferentes servicios públicos de alquiler de bicicletas en las principales urbes españolas. Ahora nos vamos a centrar en una de las más destacadas, Sevilla. A la par que Barcelona, Sevilla creó su sistema público de alquiler de bicicletas en 2007, ocupando a partir de entonces los primeros puestos de las ciudades más bikefriendly, no solo de España, incluso de Europa. 2.500 bicicletas mixtas (con asistencia eléctrica) y 250 estaciones componen uno de los sistemas más exitosos de nuestra geografía, favorecido en gran medida por la ausencia de grandes cuestas en la ciudad y un magnífico clima a lo largo de todo el año.Otro de los grandes atractivos hispalenses para el ciclista urbano es su extensa red de carril bici, que según los últimos datos municipales, ofrecidos el pasado mes de abril, alcanza ya los 179 kilómetros con un alto nivel de conectividad, una cifra difícil de igualar por otras ciudades españolas… y que sigue en aumento. En este sentido, tenemos constancia de que también se está trabajando con medidas de fomento y promoción del uso de la bici, así como su integración con los medios de transporte públicos intermodales, como el tranvía.De momento, los resultados están ahí. Según la encuesta de la OCU publicada el pasado mes de marzo, Sevilla es, junto a Valencia, como la mejor ciudad de España para usar la bicicleta como medio de transporte cotidiano. Los usuarios consultados valoran especialmente su servicio público de alquiler, así como las infraestructuras ciclistas creadas durante los últimos años. Aunque –ahora viene el tirón de orejas- también manifiestan su descontento con el mantenimiento de algunas de esas infraestructuras. Nada que no se pueda solucionar con un poco de voluntad política y ganas de apostar por un modelo de ciudad diferente, más saludable para todos. Y la bicicleta puede contribuir a ello.