Cuidar de nuestra bici para que siempre esté como nueva es una tarea relativamente sencilla, lo único que requiere de disciplina y perseverancia. Mismos elementos que no permitirán desfallecer y cumplir con los planes de entrenamiento y alimentación para estar en forma. Factores que también entran en la ecuación para no dejar de divertirse en familia, con amigos o hasta en solitario.
Antes de salir: revisar la presión de aire de las llantas
Una regla fundamental y elemental. Muchas de las fallas que presentan las bicicletas pudiesen evitarse solo con mantener la rutina de chequear el nivel de aire en ambas ruedas. Cada marca incluye dentro de los manuales de uso la presión recomendada con la que estos vehículos deben circular.
Para cuidar de nuestra bici: limpiarla después de cada paseo
De la misma forma que de forma metódica hay que revisar la presión de aire de las llantas antes de salir, se debe limpiar la bicicleta apenas regresar. Es recomendable utilizar productos especiales, destinados no solo a remover toda la suciedad acumulada. También para dotar a la armazón de brillo.
El uso de lavavajillas está más o menos extendido entre muchos ciclistas aficionados. Sin embargo, esta es una muy mala idea. Aunque estas fórmulas tienen comprobado poder para remover grasas y agentes extraños, algunos de sus compuestos pueden incidir negativamente sobre piezas de goma y plástico.
La falta de espacio no es excusa
No siempre se dispone del espacio suficiente para limpiar y cuidar de nuestra bici en casa después de cada paseo. En estos casos, una buena opción es recurrir a una estación de servicio cercana. Allí, siendo extremadamente cuidadoso con los puntos nobles del vehículo, se puede hacer uso de mangueras de alta presión. En todos los casos, al finalizar hay que secar bien con un trapo viejo para evitar que se acumule humedad.
Primero desengrasar
La limpieza rutinaria de la bicicleta después de cada salida incluye desengrasar y engrasar la cadena. El primer paso es aplicar un spray especial no solo sobre la cadeneta. También en el casete, colocando la rueda en una posición en la cual se pueda girar y cambiar las velocidades. Esto con el propósito de que cada uno de los engranajes reciba el tratamiento.
Luego engrasar
Después de limpiar la cadena toca colocar un lubricante. La meta es reducir al mínimo la fricción durante los recorridos. Estos cuidados pudiesen parecer excesivos, pero son absolutamente necesarios. Estas piezas son las que más se desgastan en una bicicleta.
Como ves, dedicar unos pocos minutos cada cierto tiempo en el mantenimiento de tu bicicleta va a servir para que responda perfectamente cuando más la necesites, y sobre todo, para que tu relación con ella dure años y años…